Los efectos de las adicciones parentales sobre los hijos no desaparecen cuando el hijo es mayor de edad o se va de la casa. Los problemas continúan, y a veces solo se hacen evidentes en la adultez. Miles de adultos hoy continúan afectados por las adicciones de sus padres. El paradependiente suele tener sensaciones similares tales como:
- Sentirse diferente a los demás.
- Tener dificultad en establecer y mantener relaciones íntimas.
- Temor al rechazo y abandono, pero al mismo tiempo, alejar a otros.
- Ser leales incluso cuando el otro no la merece.
- Dificultad para divertirse.
- Temor al fracaso, a la vez que se boicotea el éxito.
- Ser muy severos con sí mismos.
- Sobreactuar frente a cambios que están fuera de su control.
- Mentir incluso cuando es igual de fácil decir la verdad.
- Adivinar que es “lo normal”.
Estos problemas continúan más allá de lo que suceda con el consumo de los padres. Si creciste en un hogar con uno o ambos padres con problemas de adicción, no estás solo.
Fui hija de un enfermo alcohólico. Creo que aun adulta no he podido poner en palabras situaciones vergonzosas, tristes y no tengo claro si las relaciones con otras personas me son dificiles por mi propia personalidad o por consecuencias de lo que viví de niña.